viernes, 28 de octubre de 2011

insensible

Insensible
faltarían palabras
para escribir lo que siento,
tendría que inventarlas.

palabras que corten como el filo de una daga,
que envuelvan en un sueño eterno
aquellas, que al leerlas
o escribirlas 
te lleven al paraíso,
palabras, como la herida más profunda
esas que nunca se borran .

que dejen de ser palabras
y se bañen en un mar de sentimientos.

busco palabras,
esas que no necesitan ser escritas ni pronunciadas.

palabras que broten  de una mirada
palabras que se sientan , y no se plasmen
en un papel.


sábado, 15 de octubre de 2011

En los Andes

En los Andes

Hijo de los andes soy
Y  en mis ampollas, nace el oro
Ensangrentado que brota
de la tierra madre.

Como los subterráneos ríos
que alimentan al cultivo
los meses áridos.

Sobre mi espalda, llevo
el pesar de las nubes negras
que como minas flotantes
van llevando el agua a las alturas;

allí donde el frio duerme sobre las blancas nieves
ahí donde el sol se posa como un pájaro al amanecer.

Y el bramar de mi quena, resuena en los farallones,
lugar donde místicos espíritus juegan a crear naturaleza,
lugar donde níveas manos  en forma de neblina
van cubriendo los bosques de intimpas.

Descendiente de las entrañas andinas soy.
Nacido de la madre tierra;
y por mis venas corre el frio indómito,
que mesen los heniles en la puna.

Esa escarcha que tiñe escarlata
que destrozan los dientes de las vicuñas.
Son parte de mi piel.

Hijo del friage que soy
amante de la luna, que brota
maíz de la tierra oscura,
lluvia que tiñe de vida
los cultivos en la primavera.

Hijo de los andes soy,
y mi silbido suena
a quena agridulce,
que atraviesa el aire
calmando las tormentas serranas.

Soy el cuero curtido
en el que descansa
tu cuerpo rígido entumecido,
que lucha solemnemente
sembrando a ciegas en el olvido.














sábado, 8 de octubre de 2011

Añada de ana la friolera

AÑADA DE ANA LA FRIOLERA
Nacho Vegas

Vivían en Norteña,
una ciudad costera
donde la mar era gris
y la lluvia eterna.

Ella pasaba frío
apenas la noche llegaba.
Con una manta a cuadros
él la arropaba.

Prometieron quererse
mientras el frío existiera.
Él la llamaba
Ana La Friolera.

Tuvieron un riña
y él la dejó marchar.
Supo que no volvería,
no vuelve la ola al mar.

Ella pudo llevarse
todo lo que tenía
pero dejó olvidado
el frío que sentía.

Ahora, bajo la
manta a cuadros,
él trata de coger el sueño.
Desde que ella se marchó
allí siempre es invierno.

Y la buscó sin descanso
desde San Pedro a Las Mestas.
Teme morir congelado
una noche de éstas.

La gente me llama insensato,
yo aún doy mi vida entera
por sólo una noche
con la chica friolera.

Ana La Friolera,
Ana La Friolera,
Ana La Friolera,
Ana La Friolera.

martes, 4 de octubre de 2011

Dos horas en el banco.

Dos horas en el banco

Aliento semi húmedo, caliente aspiro.
carne humana acumulada alrededor
colores impredecibles,
sobresalientes miradas
reflejan preocupación.

Una triste canción cojuda
atraviesa interrumpiendo mis tímpanos.
los cuerpos moldeados por la edad
cabellos desteñidos por el oxido,
¿Qué extraño es el ser humano?
con miradas que aletean
que se posan de ser en ser,
en pechos ,caderas, labios; rostros .

Zapatos rotos ligeros,
algunos brillan, otros bañados por el polvo.

¡Preciosas criaturas!, ¡dejen de sonreírme!
que mi sangre esta hirviendo.

Los faroles sofocan mi interior.

¡Ahí va!
la sombra de dos cabezas .

¿y te pregunto? ¿Qué extraño es el mundo?
cielo, has venido a salvarme
refrescas el aliento avivas el alma
descansas en calma.





Alprazolam

ALPRAZOLAM

Necesito algo…
fuerte …
algo que derrame, que llene
esos hoyos oscuros
que aparecen y desaparecen
en mi torso.

algo que derrame,
hasta ahogarme
en los profundos poros;
esos que transpiran
esos que respiran.

La Geografia de tu cuerpo

La geografía de tu cuerpo

Hay algo:
Tan triste como una lagrima
Tan dulce como la miel
Tan húmedos como tus labios,
Tan árido como el  desierto de tu cuerpo.
Hay algo:
Es como querer nadar en el azul firmamento,
Volar sobre tu sonrisa,
Nadar en tu cuerpo,
Dormir sobre tus senos,
O besar tu ombligo.


domingo, 2 de octubre de 2011

En el fin del mundo
El viento me envuelve en sudor frio;
Agonizante muere el sol tras las montañas.
El rugir del rio en las faldas del precipicio
Y mis cabellos bailan al son del viento.

Espigas cual lagrimas de sequedad nacen del árido suelo;
Desfiladeros, tallados,  labrados por los hijos del averno;
Estoy sentado en el fin del mundo.

y un rio de almas a mi diestra desfila
Y el agua  se dibuja entre piedras y pedazos de éter
¿Y qué es lo que pienso? , no lo sé
Y me pregunto si sé pensar
¿Quién soy?
Tampoco lo sé.
Y algún día descubriré a quien encerré
en mis entrañas
Podre describir, a ese ser voluble al  mar
Oscuro a los demás.

Un ave gris, se ha posado  en la quieta rama
Parece querer hablarme.
Una sierpe a dañado la tierra, ¿ves, como sus víctimas bailan en su vientre.

Hoy en el bosque ruje la catarata
Grandes árboles  se abrazan
Parecen querer ahogarse con sus ramas,
Cisnes nadan en lava  volcánica
La muerte florece
Y todavía sigo sentado en el fin del mundo.


Y espero, pero no se que, ni a quién
El sol desmorona mi piel, el viento sopla el polvo
Con el que Dios me forjo.
Mis brazos, cabellos, mi mirada se las lleva el
Cierzo,
Y todavía sigo aquí sentado en el fin del mundo

Aquí donde los ángeles  parecen lanzarse
Al precipicio y romper su cuerpo contra  las rocas
Aquí en la profundidad de la neblina
 Donde la sombra voraz devora la imaginación
Y todavía  sigo aquí, en el fin del mundo, sentado.